En ella comparto mis primeras reflexiones sobre la situación de confinamiento y la transformación de nuestra docencia presencial a virtual en menos de 24 horas.
1. El aprendizaje en línea en respuesta a una crisis o desastre.
2. La “Enseñanza Remota de Emergencia” y su diferencia con el aprendizaje en línea planificado.
3. La priorización de necesidades educativas y lo aprendido.
4. Lecciones que debemos dejar en el olvido.
Son ideas sinceras pero incipientes que se mezclan con la incertidumbre personal y profesional. Más allá de las perspectivas con que adoptábamos o no las tecnológias antes de la Covid-19, el principal cambio es que todo el profesorado, han tenido que buscar y utilizar la soportunidades que ofrecen sus plataformas o recursos vistuales y han tenido que poner a prueba su capacidad de adpatación y autoaprendizaje de competencias digitales.
Ahora que "estamos todos metido en este asunto" quiero compartir algunas ideas o concepciones previas, que para mi en muhos casos son mitos tecnológicos o leyendas urbanas. Este periodo nos abre una puerta para "ventilar y desechar" algunas ideas. Aquí la lista:
- Los jóvenes son “nativos digitales”. No lo son.
- Existe un mundo real y un mundo digital. Todos los "mundos" que tenga un persona le afecta e influyen sea positiva o negativamente,
- Internet ha logrado la democratización de la información. Solo para aquellos se lo saben y que tienen internet. No está todo en internet. Está lo que está.
- Internet es gratis y libre. Debiera pero no.
- La educación virtual es de menor calidad. La docencia de emergencia puede que si, pero la educación virtual planificada puede ser tan buena o mala como la educación presencial. La presencialidad o virtualidad no asegura la calidad. Es la docencia.
- A mayor inversión en tecnología de punta mayor calidad educativa. Ni mucho menos. Existen muy buenas experiencias con teleeducación y formaciones instrascenentes con tecnología de punta. La inversión debe ser en la formación docente y su bienestar.
- La radio y la televisión son tecnologías obsoletas, no ofrecen soluciones innovadores. No lo son.
- Las tecnologías no ayudan a aprender la creatividad ni las emociones. Después de tantas eventos y reuniones familiares virtuales creo que podemos decir que no es lo mismo, pero que no es tan lejano y frio como pensábamos.