29 julio 2025

El discurso de Sojourner Truth en 1851: Lo que hemos avanzado… y lo que aún falta

En mayo de 1851, en plena efervescencia de los movimientos abolicionistas y de los primeros congresos por los derechos de las mujeres en Estados Unidos, Sojourner Truth, una mujer negra ex esclavizada, tomó la palabra en la Convención de los Derechos de las Mujeres en Akron, Ohio. Lo hizo sin invitación formal, sin texto escrito, sin pertenecer a ninguna élite intelectual ni feminista. Su voz interrumpió una conversación que ya era política, pero no interseccional.

Fuente: CTXT 

Desde una mirada actual, este momento es clave para entender las tensiones que aún atraviesan el feminismo: ¿quiénes son escuchadas cuando se habla de "las mujeres"? ¿Qué cuerpos y experiencias quedan fuera del relato dominante? Truth señaló, con firmeza y con dolor, que las mujeres negras no estaban siendo incluidas ni por los hombres que luchaban por la abolición, ni por las mujeres blancas que reclamaban sus derechos civiles.

El discurso que pronunció fue recogido pocos días después por Marius Robinson, editor abolicionista que estuvo presente en el acto. Años más tarde, en 1863, Frances Dana Gage publicó otra versión más literaria, con dramatizaciones y la repetida frase “Ain’t I a Woman?”. Esta segunda versión se hizo famosa, pero es importante subrayar que la versión de Robinson es más cercana al momento original y al tono real del discurso.

Contexto 

Sojourner Truth nació en 1797, en Nueva York, bajo el nombre de Isabella Baumfree, en una familia esclavizada por el coronel Hardenbergh. A lo largo de su infancia y juventud fue vendida y revendida a distintos hombres que la sometieron a violencia física y psicológica. En 1826, consiguió escapar junto a su hija, dejando atrás a dos de sus hijos. Lo hizo un año antes de que se declarara oficialmente la abolición de la esclavitud en el estado.

Un año después, al descubrir que su hijo Peter había sido vendido ilegalmente, Truth llevó el caso ante los tribunales y logró una victoria histórica: una mujer negra ganaba por primera vez un juicio a un hombre blanco. A partir de ese momento, su vida estuvo marcada por una fuerte convicción espiritual: cambió su nombre por Sojourner Truth (que significa algo así como "Peregrina de la Verdad") y dedicó su existencia a recorrer caminos, denunciar injusticias y alzar la voz en defensa de las personas oprimidas.

En 1844 se integró en la Northampton Association of Education and Industry, una comunidad progresista que defendía el abolicionismo, los derechos de las mujeres y la justicia social. Allí coincidió con figuras como Frederick Douglass y William Lloyd Garrison, pero también con personas comunes que compartían el ideal de transformar el mundo desde la colectividad.

En 1851, mientras participaba en una gira de conferencias junto al activista George Thompson, fue invitada a hablar en la Convención por los Derechos de las Mujeres en Akron, Ohio. Aquel encuentro se estaba viendo interrumpido por un grupo de hombres que, sin haber sido convocados, usaban argumentos bíblicos para deslegitimar las demandas de las mujeres. Truth, que no tenía un discurso preparado, tomó la palabra desde el lugar de quien no había sido esperada, ni por ser mujer, ni por ser negra, ni por haber nacido esclavizada.

Traducción del discurso según la versión de Marius Robinson (1851)

“Quiero decir unas palabras sobre este asunto. Me corresponde tanto como a cualquiera. He trabajado tanto como cualquier hombre, cuando podía, y he cargado tan bien como cualquier hombre—y he soportado el látigo también. Y ninguna mujer podía trabajar más que yo. ¿Y acaso no soy una mujer? He parido trece hijos y los he visto ser vendidos como esclavos, y cuando lloré con el dolor de una madre, nadie más que Jesús me escuchó—¿y acaso no soy una mujer?”

“Entonces hablan de esto que tienen en la cabeza; ¿cómo lo llaman? [una persona del público susurra: 'intelecto'] Sí, eso es, querido. ¿Qué tiene eso que ver con los derechos de las mujeres o los negros? Si mi copa no puede contener más que una pinta, y la tuya una cuarta, ¿no sería mezquino no dejar que mi pinta se llene?”

“Entonces ese hombre de allí dice que las mujeres no pueden tener tantos derechos como los hombres, porque Cristo no fue una mujer. ¿De dónde vino Cristo? De Dios y de una mujer. El hombre no tuvo nada que ver con eso.”

“Si la primera mujer que Dios hizo fue lo suficientemente fuerte como para darle la vuelta al mundo sola, estas mujeres juntas deberían poder enderezarlo otra vez, y ahora que están pidiendo que se les deje hacerlo, los hombres deberían dejarlas.”

Nota sobre la otra versión

La versión más conocida, publicada por Frances Dana Gage en 1863, popularizó la frase repetida “Ain’t I a Woman?” y utilizó un dialecto afroamericano sureño que probablemente no refleja el modo real de hablar de Sojourner Truth, quien creció hablando holandés y luego inglés. Esta versión fue estilizada para resonar más emocionalmente en un público blanco, y aunque ha sido icónica, conviene leerla críticamente y en diálogo con la versión original.

Seis puntos de reflexión desde una mirada actual

    Creado con Chatgpt para recrear el texto
  1. La categoría "mujer" no es universal ni neutra
    Sojourner Truth revela que los discursos feministas de su tiempo estaban centrados en una mujer blanca, burguesa, frágil y educada. Su cuerpo negro, fuerte y sufrido no era reconocido como "mujer" en ese relato. Esto anticipa debates sobre el feminismo interseccional, aún vigentes.

  2. La experiencia encarnada como fuente legítima de conocimiento
    Truth no habla desde la teoría, ni desde el escritorio o desde un micrófono en la universidad, sino desde la experiencia: el trabajo físico, la maternidad forzada, la violencia y el abandono. Su testimonio es una forma de saber situada, que reclama un lugar en los espacios de discusión política.

  3. Crítica al esencialismo biológico y religioso
    Desde su contexto católica Ironiza sobre el argumento de que las mujeres son inferiores porque Cristo fue varón, y lo desmonta: “¿De dónde vino Cristo? De Dios y de una mujer. El hombre no tuvo nada que ver con eso”. Una crítica temprana a los usos religiosos del poder patriarcal.

  4. Exige justicia, no caridad ni sentimentalismo
    No pide compasión ni indulgencia. Reclama igualdad de derechos: “si mi copa es pequeña, déjenla llenarse”. Esta metáfora sencilla invita a pensar en redistribución y justicia, no en paternalismo.

  5. Desafía la pasividad que se impone a las mujeres
    Cierra el discurso recordando que si Eva pudo “dar la vuelta al mundo”, las mujeres organizadas pueden enderezarlo. Su llamado es claro: no basta con hablar de igualdad, hay que dejar actuar a quienes la están reclamando.

  6. Lo que hemos avanzado… y lo que aún falta

    Sin embargo, las desigualdades estructurales que Sojourner Truth denunció siguen manifestándose. En muchos contextos, las mujeres negras, migrantes, indígenas o empobrecidas siguen siendo las más afectadas por la precariedad laboral, la violencia institucional, el racismo ambiental, la invisibilización mediática o las brechas educativas. La categoría “mujer” sigue estando muchas veces atravesada por sesgos que excluyen a quienes no encajan en los modelos dominantes.

    Volver a leer el discurso de Truth hoy nos interpela a no dar por cerrado un proceso que sigue abierto y en disputa. Su figura, más que un símbolo del pasado, es una invitación a sostener una mirada crítica sobre cómo se distribuyen los derechos, quién puede hablar y desde dónde se construyen las alianzas para la transformación. 

Desde 1851, los derechos de las mujeres —y en particular de las mujeres negras— han experimentado avances significativos en muchas regiones del mundo. Hoy existen marcos jurídicos que reconocen la igualdad de género, el derecho al voto, a la educación, a decidir sobre el propio cuerpo, a ocupar cargos públicos o a alzar la voz sin ser criminalizadas por ello. Además, el pensamiento feminista negro e interseccional se ha consolidado como una corriente crítica que ha transformado el feminismo contemporáneo, gracias a autoras como bell hooks, Audre Lorde, Angela Davis, Patricia Hill Collins y muchas otras.

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