El proyecto busca comprender cómo las tecnologías digitales están transformando las percepciones, afectos, conceptos y prácticas vinculadas a los entornos frágiles, aquellos ecosistemas y paisajes especialmente vulnerables a la acción humana, en distintos lugares de Europa. Se centra en cinco zonas concretas de Eslovenia, Croacia, Finlandia, Noruega y Polonia, elegidas por su diversidad cultural y ecológica, así como por la presión ambiental que sufren.
La mirada en la estetización digital de los entornos frágiles
En el marco de DigiFREN, la estetización digital se refiere a los procesos mediante los cuales los entornos, particularmente aquellos considerados “frágiles” por su vulnerabilidad ecológica o simbólica, son reconfigurados a través de las tecnologías digitales y las prácticas estéticas cotidianas. Esto incluye fotografiar, grabar, compartir en redes sociales o utilizar dispositivos de realidad aumentada, pero también las emociones, expectativas y modos de atención que acompañan estas prácticas.
La mirada, en este contexto, deja de ser un acto neutral. DigiFREN entiende que mirar es una forma de intervenir:
Mirar con un dispositivo no solo registra, sino que traduce la experiencia del lugar en imágenes, datos y afectos compartibles.
Por eso, el proyecto no se pregunta únicamente qué vemos cuando miramos con un teléfono o un dron, sino cómo esa mediación cambia lo que somos capaces de percibir, recordar o cuidar.
1. La mirada como mediación tecnológica
Los dispositivos digitales introducen una forma de mirar que selecciona, amplifica y encuadra. El encuadre de la cámara, el filtro de color o el gesto de publicar en redes configuran un nuevo régimen de visibilidad.
DigiFREN explora cómo esa mirada tecnológica produce paisajes estéticamente legibles, a menudo orientados a la espectacularidad, pero que también pueden revelar o denunciar fragilidades invisibles (erosión, pérdida, contaminación, despoblamiento).
Así, el dispositivo no solo muestra, sino que enseña a mirar de una cierta manera, generando lo que el equipo denomina “paisajes mediados” o “miradas digitalmente extendidas”.
2. La mirada como práctica afectiva
El proyecto subraya que mirar implica sentir. En la estetización digital, el placer estético, la nostalgia o la fascinación tecnológica son parte de la experiencia. Por eso, la mirada no es solo visual: es multisensorial y afectiva.
Las caminatas senso-digitales proponen precisamente explorar cómo los sonidos, las texturas o los ritmos del cuerpo se transforman cuando intervienen tecnologías de registro o geolocalización.
Esa mirada sentida —más que contemplativa— permite analizar cómo las personas construyen vínculos emocionales con el entorno, y cómo las tecnologías pueden tanto intensificar como distanciar ese vínculo.
3. La mirada como acto social y ecológico
DigiFREN sitúa la mirada dentro de un sistema de relaciones entre lo humano, lo ambiental y lo tecnológico. Mirar el paisaje y compartirlo digitalmente no es una acción individual: es un acto social, que contribuye a definir qué se considera bello, valioso o digno de cuidado.
La estetización digital produce comunidades de visión, personas que miran lo mismo, desde lugares distintos, y a la vez configura paisajes de consumo. De ahí que el proyecto analice críticamente cómo la repetición de imágenes y estéticas dominantes puede generar una forma de “consumo visual” del entorno, a menudo desvinculada de su realidad ecológica.
4. La mirada reflexiva
Finalmente, el proyecto propone recuperar la mirada reflexiva, aquella que se interroga a sí misma: ¿qué implica registrar este lugar? ¿a quién pertenece esta imagen? ¿qué efectos produce en quienes la ven?
Las metodologías participativas de DigiFREN, especialmente las caminatas y entrevistas en el lugar, se diseñan para favorecer esta autorreflexión, donde mirar se convierte en una práctica ética. En este sentido, la mirada reflexiva no busca poseer el paisaje, sino habitarlo de manera consciente y corresponsable.
Una mirada etnográfica a la experiencia digital del entorno
A diferencia de los estudios de arte o teoría de los medios, que han abordado la estetización digital desde una perspectiva conceptual o estética, DigiFREN propone una aproximación etnográfica y comparativa, basada en el trabajo de campo y en la observación de la vida cotidiana. Su propósito es documentar cómo las personas experimentan, reinterpretan y narran los paisajes a través de los medios digitales: cómo cambia su manera de mirar, escuchar y moverse por los lugares cuando intervienen pantallas, sensores y plataformas.
Para ello, el equipo interdisciplinar del proyecto ha desarrollado una metodología experimental denominada senso-digital walking, una forma de caminata etnográfica que combina el registro sensorial (visual, sonoro, corporal) con la documentación digital (fotos, vídeos, datos GPS, redes sociales). Esta técnica permite analizar cómo la tecnología afecta simultáneamente la percepción sensorial y la producción de significado sobre los lugares.
Perspectiva crítica sobre la digitalización ambiental
DigiFREN se inscribe en un momento histórico marcado por lo que Thomas Hylland Eriksen ha denominado “overheating”: un aceleramiento global que transforma los ecosistemas, las culturas y las temporalidades. En este contexto, el proyecto plantea una cuestión central para las ciencias sociales contemporáneas:
¿cómo influyen los dispositivos digitales en la forma en que sentimos y cuidamos los lugares que habitamos o visitamos?
El proyecto considera que la estetización digital puede generar tanto nuevas sensibilidades ecológicas como formas de apropiación o consumo visual del paisaje, con efectos ambivalentes. Por un lado, las redes sociales y la fotografía digital pueden fomentar la conciencia ambiental y la conexión afectiva con el territorio; por otro, pueden contribuir a su banalización o sobreexplotación turística.
Metodología empleada
El proyecto utiliza una combinación de estrategias tanto establecidas como experimentales, para captar cómo las tecnologías digitales medían la experiencia de entornos frágiles. Algunas de las líneas metodológicas principales son:
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Etnografía sensorial y digital: observación de prácticas cotidianas en los espacios seleccionados, entrevistas, registros visuales y sonoros. ief.hr+2ncn.gov.pl+2
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Autoetnografía: los investigadores reflexionan acerca de sus propias experiencias en los entornos al usar tecnologías digitales. ief.hr+1
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Discurso y análisis visual: análisis de blogs, redes sociales, fotografías, vídeos, para ver cómo se construyen estéticamente los entornos frágiles en contexto digital. ncn.gov.pl+1
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Caminatas de investigación o “walking methodologies” (en particular el método denominado senso-digital walking): caminatas organizadas en los entornos de estudio en las que se combina el registro sensorial (vista, sonido, tacto) con tecnologías digitales (cámaras, GPS, drones) para ver cómo la tecnología media la experiencia. ief.hr+2UEFConnect+2
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Refotografía o repeat photography como método histórico-etnográfico: por ejemplo en el caso noruego del bosque urbano Sørmarka se compararon fotografías antiguas con imágenes contemporáneas para evidenciar los cambios mediáticos, espaciales y culturales. uis.no
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Métodos participativos: implicación de usuarios locales, turistas, gestores del lugar, para mapear experiencias, percepciones y prácticas digitales del entorno. ncn.gov.pl+1
En resumen, la metodología combina trabajo de campo comparativo en cinco países, registros sensoriales y digitales, análisis visual y participativo, y técnicas de caminata investigativa para capturar la mediación tecnológica del entorno. Como se resume en la siguiente tabla:
| País | Metodología empleada | Hallazgos principales |
|---|---|---|
| Eslovenia (valles alpinos de Solčavsko y Bohinj) | Etnografía sensorial de campo, entrevistas, caminatas senso-digitales, análisis de imágenes históricas y contemporáneas. (Fuente general del proyecto) Etnologija+2CHANSE+2 | Se está documentando cómo la mediación digital reconfigura no sólo la percepción visual del paisaje, sino las prácticas cotidianas de lugar, memoria y comunidad en territorios alpinos frágiles. |
| Croacia (costa dálmata – Paklenica y Telašćica) | Observación participante, registros fotográficos y de vídeo de usuarios turísticos y recreativos, análisis de redes sociales locales sobre la “naturaleza digitalizada”. (General del proyecto) Institut de Etnologia i Folklorística+1 | Aparece una tensión entre las representaciones estéticas digitales del paisaje (como objeto turístico / fotográfico) y las percepciones locales de fragilidad ecológica y cultural. |
| Finlandia (turbales/mires en Sodankylä y Lieksa) | Combina análisis de prensa digital y redes sociales, entrevistas caminando (senso-digital walking) en el terreno, registro de apps/navegación digital en la naturaleza. UEFConnect+1 | Se observa que la experiencia de entornos tradicionalmente “silenciosos” (mires) está siendo mediada por tecnologías digitales — fotografía habitual, apps de naturaleza — y que reaparecen ángulos de representación repetida (las mismas fotos) lo cual plantea cuestiones sobre la creatividad, el consumo estético del paisaje y la fragilidad ambiental. |
| Noruega (el bosque urbano Sørmarka, Stavanger) | Metodología basada en “re-photography” (fotografía histórica/actual), caminatas, análisis de cómo el paisaje urbano-forestal ha sido construido y mediado digitalmente. uis.no | Hallazgo de que el “entorno natural” cercano a la ciudad ya no es un “otro” alejado sino parte del cotidiano, y que la mediación digital multiplica capas de historicidad y creación del paisaje (por ejemplo, estudiantes que buscan el punto originario de la foto antigua). |
| Polonia (valle del Odra Valley, Baja Silesia) | Etnografía intensiva, observación participante, análisis de páginas fans, blogs y redes sociales sobre el paisaje; “walking interviews”, foto-elicitation; análisis de semiosis digital del paisaje. ncn.gov.pl | Se ha identificado una fuerte intersección entre turismo, digitalización del paisaje y transformación del territorio: el paisaje “preparado” para el turismo digitalizado, la cultura de imágenes digitales de la naturaleza, la tensión entre diferentes estéticas y actores (desarrolladores vs conservacionistas) y la reterritorialización digital de los entornos. |
Resultados preliminares y hallazgos
Aunque el proyecto aún está en curso (periodo 2022-2025) según sus fuentes, ya se han documentado algunos resultados significativos:
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En el valle del Odra Valley (Baja Silesia, Polonia) se observó cómo la estetización digital del paisaje natural —a través de imágenes en redes sociales, turismo digitalizado, visualizaciones de “naturaleza preparada”— funciona como componente clave de la oferta recreativa y turística, lo que deriva en tensiones entre diferentes actores (desarrolladores, conservacionistas, usuarios) y diferentes estéticas del paisaje. ncn.gov.pl
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En el caso finlandés de las turberas (mires) se han publicado estudios sobre cómo la digitalización (fotografía, vídeo, drones) cambia la forma en que los paisajes se perciben, se nombran y se anticipan, generando nuevas «cámaras de sensibilidad» de entornos que antes quizá eran solo “naturaleza silenciosa”. UEFConnect
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Se ha documentado que la categoría de “fragilidad” del entorno, entendida como vulnerabilidad ecológica y cultural, se articula con la mediación digital: por ejemplo, las prácticas digitales pueden intensificar la visibilidad de los cambios ambientales (y por tanto la sensación de urgencia o vulnerabilidad) pero también pueden contribuir a su «consumo estético» o “escenificación”. Este doble filo estético-ecológico emerge como un hallazgo central. ief.hr+1
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También se ha destacado que la digitalización promueve formas de “des-territorialización” del paisaje (imágenes que circulan fuera del lugar) y de “reterritorialización” (nuevos usos, representaciones, apropiaciones digitales) de entornos que tradicionalmente se pensaban como remotos o estables. ief.hr+1
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En el plano metodológico, el proyecto ha mostrado que la combinación de caminatas sensoriales + registro digital permite captar dinámicas espacio-temporalmente complejas (por ejemplo, cómo un paisaje cambia con el tiempo, cómo se reconfigura con la tecnología) lo que abre nuevas posibilidades para la antropología sensorial y de medios. etnologija.ff.uni-lj.si
¿Por qué me interesa esta propuesta?
DigiFREN según se deduce es el primer proyecto etnográfico a gran escala dedicado a este fenómeno en Europa. Sus aportes se extienden a campos tan diversos como la antropología digital y sensorial, la geografía humana, la estética ambiental, la historia cultural y los estudios de medios. Más allá de la academia, ofrece herramientas para repensar las políticas de gestión del paisaje, el turismo sostenible y la educación ambiental, invitando a reconsiderar cómo los dispositivos tecnológicos median nuestras formas de presencia, memoria y relación con los entornos frágiles.
Por sus metodologías participativas e introspectivas
Las metodologías utilizadas por DigiFREN —como la senso-digital walking, la etnografía sensorial, la autoetnografía o las entrevistas caminando— no se limitan a recoger datos sobre el entorno o sobre el uso de la tecnología. Su verdadero valor radica en que invitan a una experiencia compartida, consciente y reflexiva de estar en el lugar, donde quien investiga y quienes participan se convierten en co-intérpretes de su propio habitar.
Estas metodologías no buscan observar desde fuera, sino experimentar desde dentro, en movimiento, en relación con el entorno y con las mediaciones tecnológicas que lo atraviesan. De este modo, el proceso investigativo se convierte en un acto de introspección colectiva, que ayuda a las personas participantes a reconocer cómo la tecnología configura sus modos de mirar, sentir, registrar y valorar los paisajes que habitan.
Desde una mirada socioeducativa, este enfoque tiene tres implicaciones clave:
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La introspección situada
La caminata sensorial o la autoetnografía invitan a quienes participan a tomar conciencia de su propia percepción. Escuchar los sonidos del entorno, fotografiar o grabar con un propósito reflexivo implica detenerse, sentir y reinterpretar lo cotidiano. Es un ejercicio de autoconocimiento que vincula la sensibilidad individual con la comprensión del entorno social y ambiental. -
La participación y co-construcción del conocimiento
Estas metodologías promueven la horizontalidad entre investigadoras, habitantes, visitantes y comunidades locales. No se trata de extraer información, sino de crear espacios de diálogo y resonancia, donde las personas comparten experiencias y miradas. Las caminatas, por ejemplo, se convierten en un espacio de conversación que trasciende la entrevista clásica y permite pensar colectivamente sobre lo que se observa y se siente. -
La implicación ética y afectiva
Participar en una investigación de este tipo implica reconocer la responsabilidad en la representación del entorno. Las prácticas digitales —fotografía, grabación, publicación— pueden amplificar o distorsionar la fragilidad de un lugar. Las metodologías participativas invitan a reflexionar sobre el acto de representar, sobre el poder de la mirada y la necesidad de un cuidado compartido del paisaje.
En conjunto, considero que estas estrategias metodológicas transforman la investigación en una experiencia educativa y relacional. No sólo producen conocimiento, sino que fomentan procesos de conciencia ecológica y comunitaria, donde la investigación se convierte en una práctica de vinculación, escucha y responsabilidad compartida.


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